lunes, 4 de julio de 2016

Información sobre detección del cáncer de próstata


La detección del cáncer de próstata se realiza para encontrar evidencia de cáncer en hombres, de otro modo, sanos. Se utilizan comúnmente dos pruebas para detectar el cáncer de próstata:
·        Tacto rectal (DRE). Un tacto rectal (Digital rectal examination, DRE) es una prueba en la que el médico introduce un dedo enguantado y lubricado en el recto del hombre, y palpa la superficie de la próstata para detectar cualquier irregularidad.
·        Análisis de sangre del PSA. Existe controversia acerca del uso del análisis del PSA para la detección del cáncer de próstata en hombres sin síntomas de la enfermedad. Por una parte, el análisis del PSA es útil para detectar cáncer de próstata en etapa inicial, lo cual ayuda a que muchos hombres reciban el tratamiento necesario antes de que el cáncer se disemine. Por otra parte, la detección del PSA encuentra afecciones que no son cáncer, además de los casos de cáncer de próstata que nunca amenazarían la vida de un hombre. Como consecuencia, la detección del cáncer de próstata puede implicar que algunos hombres deban someterse a cirugías y a otros tratamientos que posiblemente no se necesiten y que pueden afectar gravemente la calidad de vida de un hombre.
La American Society of Clinical Oncology recomienda (en inglés) que no se realice la detección del PSA en hombres sin síntomas de cáncer de próstata si se espera que vivan menos de 10 años. Para los hombres que se espera que vivan más de 10 años, la American Society of Clinical Oncology recomienda que hablen con sus médicos para averiguar si el análisis es adecuado para ellos.
Otras organizaciones tienen diferentes recomendaciones para la detección:
·        El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los EE. UU. ha llegado a la conclusión de que los potenciales riesgos de la detección del PSA en hombres sanos superan los potenciales beneficios.
·        Tanto la Asociación Urológica Estadounidense como la Sociedad Estadounidense del Cáncer recomiendan que se informe a los hombres de los riesgos y beneficios de los análisis antes de que se produzca la detección del PSA.
·        La Red Nacional Integral sobre el Cáncer considera la edad de un paciente, el valor del PSA, los resultados del DRE y otros factores en sus recomendaciones.
No es fácil predecir qué tumores crecerán y se diseminarán rápidamente, y cuáles crecerán lentamente. Cada hombre debe analizar su situación individual y el riesgo de cáncer de próstata con su médico, a fin de trabajar juntos para tomar una decisión.
Con frecuencia, el cáncer de próstata se detecta mediante un análisis del PSA o un DRE en hombres que tienen la enfermedad en etapa inicial y no presentan síntomas ni signos; este proceso se denomina detección. Si se sospecha la presencia de cáncer de próstata en función de un análisis del PSA o un DRE, se requieren más monitoreos y pruebas para diagnosticar cáncer de próstata. Cuando el cáncer de próstata provoca efectivamente síntomas o signos, generalmente se diagnostica en un estadio posterior. Estos signos y síntomas incluyen:
·        Micción frecuente.
·        Flujo miccional débil o interrumpido, o necesidad de hacer fuerza para vaciar la vejiga.
·        Sangre en la orina.
·        Urgencia de orinar frecuentemente por la noche.
·        Sangre en el líquido seminal.
·        Nueva aparición de disfunción eréctil.
·        Dolor o ardor al orinar, que es mucho menos frecuente.
·        Molestias al estar sentado, causadas por un aumento del tamaño de la próstata.
Otras afecciones no cancerosas, como la BPH o un aumento del tamaño de la próstata, producen síntomas similares. Los síntomas urinarios también pueden ser consecuencia de una infección u otras afecciones. Además, en ocasiones, los hombres con cáncer de próstata no tienen ninguno de estos síntomas.
Si el cáncer se ha diseminado fuera de la glándula prostática, un hombre puede experimentar lo siguiente:
·        Dolor en la espalda, las caderas, los muslos, los hombros u otros huesos.
·        Hinchazón o edema en las piernas o los pies.
·        Pérdida de peso sin razón aparente.
·        Fatiga.
·        Cambio en los hábitos intestinales.
Si le preocupan uno o más de los signos o síntomas de esta lista, hable con su médico. Su médico le preguntará desde cuándo y con qué frecuencia ha experimentado el (los) síntoma(s), entre otras preguntas. Esto es para ayudar a averiguar la causa del problema, es decir, el diagnóstico.

Si se diagnostica cáncer, el alivio de los síntomas sigue siendo un aspecto importante de la atención y del tratamiento del cáncer. Esto también puede denominarse manejo de los síntomas, cuidados paliativos o atención médica de apoyo. Asegúrese de hablar con su equipo de atención médica sobre los síntomas que experimenta, incluidos cualquier síntoma nuevo o un cambio en los síntoma

miércoles, 29 de junio de 2016

INFORMACIÓN CÁNCER DE PRÓSTATA

Acerca del cáncer de próstata

El cáncer se origina cuando las células sanas de la próstata cambian y se proliferan sin control, y forman una masa denominada tumor. Un tumor puede ser canceroso o benigno. Un tumor canceroso es maligno, lo que significa que puede crecer y diseminarse a otras partes del cuerpo. Un tumor benigno significa que el tumor puede crecer pero no se diseminará.
El cáncer de próstata es algo inusual, en comparación con otros tipos de cáncer, ya que muchos tumores prostáticos no se diseminan a otras partes del cuerpo. Algunos tipos de cáncer de próstata crecen muy lentamente y pueden no provocar síntomas ni problemas durante años. Incluso cuando el cáncer de próstata se ha diseminado a otras partes del cuerpo, con frecuencia puede controlarse con éxito, lo que permite que los hombres con cáncer de próstata vivan con buena salud durante varios años. No obstante, si el cáncer no puede controlarse bien con el tratamiento, puede producir dolor, fatiga y, en ocasiones, la muerte. 

Acerca del antígeno prostático específico (PSA)

El antígeno prostático específico (Prostate Specific Antigen, PSA) es una proteína producida por las células de la glándula prostática. El PSA se detecta con un análisis de sangre. Los niveles de PSA más altos que los normales se encuentran en hombres con cáncer de próstata, al igual que ocurre con otras afecciones de la próstata no cancerosas. Estas afecciones incluyen hiperplasia prostática benigna (benign prostatic hyperplasia, BPH), que es un aumento del tamaño de la próstata, y prostatitis, que es la inflamación o la infección de la próstata. Consulte la sección Detección para obtener más información.
Más del 95 % de los casos de cáncer de próstata son de un tipo denominado adenocarcinomas. Un tipo raro de cáncer de próstata conocido como cáncer neuroendocrino o cáncer anaplásico de células pequeñas tiende a diseminarse más temprano, pero generalmente no produce PSA. Obtenga más información acerca de los tumores neuroendocrinos (en inglés).
Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de que un hombre desarrolle cáncer de próstata:
·        Edad. El riesgo de cáncer de próstata aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años. Más del 80 % de los casos de cáncer de próstata se diagnostican en hombres de 65 años o más.
·        Raza/origen étnico. Los hombres de raza negra presentan un mayor riesgo de cáncer de próstata que los de raza blanca. También tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de próstata a una edad más temprana y de tener tumores agresivos, de crecimiento rápido. Se desconocen los motivos exactos de estas diferencias, los cuales pueden estar vinculados con factores socioeconómicos o de otros tipos. Los hombres hispanos tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer de próstata y de morir por la enfermedad que los hombres de raza blanca.
El cáncer de próstata se produce con más frecuencia en América del Norte y el norte de Europa. También parece que el cáncer de próstata está aumentando entre los asiáticos que viven en áreas urbanizadas, como Hong Kong, Singapur, y ciudades de América del Norte y de Europa, particularmente, entre aquellos que llevan un estilo de vida más occidental.
·        Antecedentes familiares. El cáncer de próstata que se hereda en una familia, denominado cáncer de próstata familiar, ocurre aproximadamente el 20 % de las veces. Este tipo de cáncer de próstata se desarrolla debido a una combinación de genes compartidos y factores ambientales o del estilo de vida compartidos.
El cáncer de próstata hereditario, lo que significa que el cáncer se hereda, es raro y representa alrededor del 5 % de los casos. El cáncer de próstata hereditario se produce cuando las mutaciones de los genes se transmiten dentro de una familia de una generación a otra. Puede sospecharse la presencia de cáncer de próstata hereditario si los antecedentes familiares de un hombre incluyen alguna de las siguientes características:
·        Tres o más parientes en primer grado con cáncer de próstata.
·        Cáncer de próstata en 3 generaciones del mismo lado de la familia.
·        Dos o más parientes cercanos, como un padre, un hermano, un hijo, un abuelo, un tío o un sobrino, del mismo lado de la familia a quienes se les haya diagnosticado cáncer de próstata antes de los 55 años.

Si un hombre tiene un pariente en primer grado, es decir, un padre, un hermano o un hijo, con cáncer de próstata, su riesgo de desarrollar cáncer de próstata es de 2 a 3 veces mayor que el riesgo promedio. Este riesgo aumenta con la cantidad de parientes con diagnóstico de cáncer de próstata.

miércoles, 22 de junio de 2016

Próstata: Prevención es la clave

Próstata: prevención es la clave 

Así como las mujeres adultas deben realizarse un chequeo ginecológico anual, los hombres de más de 40 años también deben controlar el funcionamiento de sus sistema reproductor, ya que a partir de ese edad la próstata puede sufrir alteraciones.

La Sociedad Americana de Urología recomienda un examen prostático anual y un análisis sanguíneo llamado Antígeno Prostático Específico (APE) para todos los hombres mayores de 50 años. Para aquellos pacientes con alto riesgo de cáncer prostático, el control se debe iniciar a los 40 años.

La medicina preventiva, un diagnóstico a tiempo, puede evitar problemas futuros, como el temido cáncer de próstata. Por eso, a continuación, le contamos todo sobre cómo funciona esta glándula, cuáles son los síntomas a los que hay que prestarle atención, en qué consiste el chequeo médico y cuáles son los pacientes de alto riesgo.


Qué es la próstata

La próstata es una glándula del sistema reproductor masculino, localizada delante del recto y debajo de la vejiga. Es del tamaño de una nuez y rodea la uretra. Esta última es un tubo que lleva la orina desde la vejiga al exterior.

Su función principal es producir líquido para el semen, el cual transporta los espermatozoides. Durante el orgasmo se presentan contracciones musculares que exprimen el líquido de la glándula dentro de la uretra y luego al exterior.
La próstata aumenta de tamaño gradualmente, a lo largo de la vida de un hombre especialmente a partir de los 40 años, pero a partir de los 60 años este crecimiento se acentúa. De hecho, se sabe que más de la mitad de los hombres mayores de 60 años tiene próstata aumentada de tamaño.
El aumento de tamaño de la próstata afecta primero la parte interior de la glándula, por lo tanto oprime gradualmente la uretra. Debido a lo anterior, se presenta la dificultad para orinar y algunos otros problemas urinarios.
Generalmente este crecimiento de la próstata no es de características malignas y se llama hipertrofia prostática benigna (HPB)


.

Síntomas
La hipertrofia prostática benigna no tiene síntomas importantes. Cuando el crecimiento de la glándula interfiere con el flujo urinario, pueden aparecer algunos síntomas como:

- chorro urinario débil o intermitente
- sensación de incompleto evacuado vesical
- dificultada para iniciar la orinada
- orinar frecuentemente
- urgencia o dificultad para aguantar la orinada
- orinar frecuentemente durante la noche
- dolor al mantener relaciones sexuales

Estos síntomas son causados por la próstata aumentada de tamaño. Esta
glándula gradualmente se hace más fuerte, gruesa y sensitiva, motivo por el cual causa sensación de orinar frecuentemente.

En algunos casos, el crecimiento prostático progresa hasta que la vejiga no puede vencer la obstrucción y no se desocupa completamente. Si se presenta infección urinaria, puede haber ardor y dolor durante la orinada. En algunos hombres, la obstrucción prostática puede llevar a infecciones repetidas del tracto urinario, imposibilidad repentina para orinar ( retención urinaria aguda) y progresivo daño renal.

En qué consiste el chequeo

Primero el urólogo hará preguntas sobre la historia médica y síntomas relacionadas con la forma de evacuar la orina. Luego viene el examen físico.

Debido a que la próstata se encuentra junto al recto el urólogo puede sentirla haciendo tacto rectal. Gracias al examen rectal el urólogo puede detectar si la próstata está aumentada de tamaño, es irregular o tiene zonas duras. El tacto rectal puede producir discreta y momentánea molestia, pero no causa lesión o dolor significativo.
El urólogo debe correlacionar el tamaño de la glándula con la sintomatología del paciente, debido a que muchos hombres con próstata grande, al tacto rectal pueden no tener molestia urinaria.
Al realizar el examen rectal de la próstata no solo puede detectar hipertrofia benigna, sino también cáncer prostático.


miércoles, 11 de mayo de 2016

El consumo del tabaco perjudicial para la salud


Los niños y adolescentes que fuman con regularidad suelen tener más problemas de salud que los niños que no lo hacen, tales como:
·        Episodios de tos
·        Falta de aliento, incluso cuando no se está haciendo ejercicio
·        Respiración sibilante o jadeante
·        Dolores de cabeza más frecuentes
·        Aumento en la producción de flema (mucosidad)
·        Enfermedades respiratorias de mayor gravedad y que ocurren con más frecuencia
·        Síntomas de resfriado y gripe más fuertes
·        Deterioro de la condición física
·        Deficiencia de la función y del crecimiento pulmonar, que aumenta el riesgo de COPD

El consumo de tabaco está relacionado con otras conductas perjudiciales en los adolescentes

La investigación ha mostrado que los adolescentes que consumen tabaco son más propensos a consumir alcohol y drogas ilegales que los que no consumen tabaco. Los fumadores son más propensos también a estar involucrados en peleas, portar armas, tener intentos de suicidio, padecer de problemas de tipo emocional como la depresión, y a tener conductas sexuales de alto riesgo. Esto no significa necesariamente que el consumo de tabaco causó estos comportamientos, pero son más comunes en los adolescentes que usan tabaco.

Los efectos del tabaco durante el embarazo o la lactancia

¿Cómo afecta el tabaco la salud de su bebé por nacer?

Las mujeres embarazadas que fuman ponen en peligro la salud y la vida de sus bebés que están por nacer. La nicotina, el monóxido de carbono y otras toxinas en el humo del tabaco entran al torrente sanguíneo de la madre, pasan al cuerpo del bebé y esto puede impedir que reciba los nutrientes vitales y el oxígeno que necesita para crecer y desarrollarse. Casi cada órgano en desarrollo es afectado por los productos químicos que hay en el humo del tabaco. Esto aumenta el riesgo de:
·        Aborto espontáneo
·        Parto prematuro
·        Partos de bebés fallecidos
·        Muerte infantil
·        Bajo peso al nacer
·        Una circunferencia de la cabeza inferior
·        Riesgo ligeramente mayor de defectos cardíacos, labio o paladar leporino y posiblemente otros defectos de nacimiento
·        Problemas de audición
·        Síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS, por sus siglas en inglés). La investigación sugiere que los bebés de madres que fuman durante y después del embarazo tienen una probabilidad mucho mayor de morir del síndrome de muerte súbita (SIDS) en comparación con bebés nacidos de madres que no fuman.
Algunas investigaciones han sugerido que los niños cuyas madres fumaron durante el embarazo o quienes estuvieron expuestas al humo de segunda mano, incluso en pequeñas cantidades, pueden presentar un mayor riesgo de:
·        Problemas de conducta, incluyendo ADHD (trastorno de déficit de atención con hiperactividad)
·        Un aprendizaje más lento en la escuela
·        Ser más propensos a tener presión arterial alta, asma, infecciones del oído, amigdalitis, caries, deterioro de la función pulmonar
·        Estar con sobrepeso u obesos en comparación con los hijos de no fumadores
·        Estar más propensos a fumar cuando sean mayores

Dejar de fumar durante el embarazo puede ser beneficioso

Las mujeres que dejan de fumar durante el embarazo tienen menos probabilidades de que sus bebés nazcan con bajo peso en comparación con aquellas que siguen fumando. También tienen menos probabilidades de tener bebés que nacen demasiado temprano.
Las mujeres que dejan de fumar antes de quedar embarazadas reducen el riesgo de tener un bebé de bajo peso al mismo nivel de las mujeres que nunca han fumado.
Si usted deja de fumar durante el embarazo, no vuelva a fumar de nuevo después del nacimiento de su bebé. Cuando sienta la tentación de comenzar a fumar, busque ayuda inmediatamente. Además, recuerde que los padres que fuman tienen una mayor probabilidad de tener hijos que fuman. Por lo tanto, si usted se mantiene libre de tabaco, habrá una mejor probabilidad de que su hijo nunca comience a fumar.

Fumar durante la lactancia

La lactancia materna es la mejor manera de alimentar a un bebé recién nacido. Pero las madres que fuman exponen a los bebés a la nicotina y a otras sustancias a través de la leche materna. La nicotina puede causar síntomas indeseables en el bebé, tales como intranquilidad, palpitaciones más aceleradas, y periodos más cortos al dormir. Fumar mientras lacta a su bebé también se ha relacionado con:
·        Más dificultades para amamantar
·        Menor duración de la lactancia materna
·        Cólico
·        SIDS
Lo mejor es no fumar durante el periodo de lactancia. Pero incluso si usted fuma, la lactancia materna es probablemente todavía más saludable para un bebé que la alimentación con biberón. Si usted no puede dejar de fumar inmediatamente, puede hacer otras cosas para ayudar a reducir la exposición de su bebé al humo, tales como:
·        Convertir todo su hogar en libre de humo para mantener a su bebé lejos del humo de segunda mano
·        Fumar justo después de amamantar al bebé en lugar de antes para así darle más tiempo al cuerpo para eliminar la nicotina de la leche materna
·        Reduzca los cigarrillos que fuma tanto como sea posible

Cómo mantener a sus hijos alejados del tabaco

Evite que sus hijos comiencen a consumir tabaco

Puede que los padres que están al pendiente de sus hijos tengan un impacto incluso mayor de lo que los mismos padres piensan sobre la decisión de que sus hijos comiencen o no a fumar. Los estudios han mostrado que los adolescentes cuyos padres a menudo les hablaron sobre los peligros del fumar fueron mucho menos propensos a fumar que aquellos que no tuvieron estos diálogos con sus padres. Este hecho fue válido independientemente de si los padres eran o no fumadores.
A continuación presentamos algunos consejos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU. para ayudar a los padres a mantener a sus niños libres de tabaco:
·        Recuerde que a pesar del impacto de las películas, la música y los amigos, los padres pueden ser la mayor influencia en la vida de sus hijos.
·        Hable con sus hijos sobre los riesgos del uso del tabaco. Si sus seres queridos padecen o murieron de enfermedades relacionadas con el tabaquismo, informe a sus hijos sobre esto. Explíqueles que el tabaco hace que el corazón se esfuerce más, causa daños a los pulmones, así como muchos otros problemas de salud, incluyendo cáncer. También mencione cómo el tabaco afecta la apariencia de una persona y el mal olor que provoca: el fumar hace que el cabello y la ropa apeste, causa mal aliento y mancha los dientes y las uñas. El tabaco masticable para escupir y otros productos de tabaco sin humo causan mal aliento, formación de caries, pérdida de dientes, manchan la dentadura y afectan el hueso de la mandíbula.
·        Comience a hablar con sus hijos sobre el tabaquismo cuando tengan de cinco a seis años de edad y continúe hablándoles hasta que lleguen a la preparatoria. Muchos niños comienzan a experimentar con el tabaco a los 11 años, y a los 14 años ya muchos son adictos.
·        Investigue si los amigos de sus hijos consumen tabaco. Hablen sobre las formas de decir “no” al tabaco.
·        Hable con sus hijos sobre la falsa impresión que se presenta del tabaco en los medios de comunicación, como los anuncios impresos, las películas y las revistas.
Los niños de padres que fuman tienen mucha más probabilidad de convertirse en fumadores. No obstante, incluso si consume tabaco, usted aún puede influir en las decisiones de sus hijos. Puede ser que tenga incluso un mayor poder, debido a que usted ha pasado por esto. El mejor paso, por supuesto, es dejar el hábito. Mientras tanto, no consuma tabaco en la presencia de sus hijos, no les ofrezca tabaco y no lo deje al alcance de ellos. Usted puede hablarle a sus hijos sobre:
·        Cómo usted comenzó a consumir tabaco y de lo que pensaba sobre el tabaco en ese momento.
·        Cuán difícil es dejar el hábito.
·        Cómo ha afectado su salud.
·        Lo que le ha costado tanto financiera como socialmente.
Si puede, no permita que se fume en su casa. No fume en lugares cerrados y no permita que nadie más lo haga. Si tiene un auto, tampoco permita que se fume en él.

Cómo ayudar a su hijo a abandonar el hábito

Si su hijo ya comenzó a consumir tabaco, le presentamos estas sugerencias para ayudarles a dejar el hábito:
·        Procure evitar el uso de amenazas o imponer algún ultimátum. Investigue la razón por la cual su hijo fuma o consume otros productos del tabaco. ¿Está él o ella tratando de llamar su atención o está tratando de ser aceptado por un grupo de amigos?
·        Muestre interés. Haga algunas preguntas. Averigüe qué cambios pueden hacerse en su vida para que su hijo(a) deje de usar tabaco.
·        Si usa tabaco, trate de dejarlo. Si usted fumaba o usaba otras formas de tabaco y ya dejó el hábito, háblele a su hijo sobre cómo usted se sintió. Personalice los pequeños problemas sobre el uso de tabaco y el gran reto de dejar el hábito. Los adolescentes y pre-adolescentes a menudo creen que pueden dejar el hábito cuando ellos quieran. Sin embargo, las investigaciones demuestran que la mayoría de los adolescentes nunca dejan de fumar. Procure que estos datos sean comunicados en una manera que no sea amenazante.
·        Apoye a sus hijos si están tratando de dejar de fumar. Tanto usted como su hijo podrían necesitar prepararse para los cambios en el estado de ánimo que pueden venir con la abstinencia a la nicotina. He aquí algunos consejos para que su hijo sobrelleve los momentos difíciles:
Posponga: las ganas se desvanecerán con el tiempo.
Respire profundamente: inhale aire fresco profunda y calmadamente varias veces.
Tome agua: esto eliminará los químicos.
Haga algo distinto: busque un nuevo hábito sano, algún pasatiempo.
Exprésese: hable sobre sus pensamientos y emociones.
·        Ayude a su hijo a hacer una lista de las razones por las cuales quiere dejar de fumar. Repase la lista cuando su hijo esté tentado a consumir tabaco.
·        Finalmente, recompense a su hijo cuando él o ella deje el hábito. Planee algo especial para celebrar juntos.
Ayudar a su hijo a dejar el hábito es una de las mejores actividades que como padre usted podría hacer, y si usted usa tabaco, el próximo mejor paso sería dejar el hábito.

Más razones para mantener a sus hijos alejados del tabaco

La investigación ha mostrado que los chicos que consumen tabaco son mucho más propensos a consumir alcohol y drogas ilegales que los que no consumen tabaco. Los fumadores son más propensos también a estar involucrados en peleas, portar armas, tener intentos de suicidio, padecer problemas de tipo emocional como la depresión, y a tener conductas sexuales de alto riesgo.

Esto no significa necesariamente que el consumo de tabaco causa estos comportamientos, sino que son más comunes en los adolescentes que usan tabaco. Otros factores también influyen. Por ejemplo, los adolescentes que fuman y se involucran en otros comportamientos perjudiciales son menos propensos a tener apoyo de padres que participaban en sus vidas cotidianas.