miércoles, 22 de junio de 2016

Próstata: Prevención es la clave

Próstata: prevención es la clave 

Así como las mujeres adultas deben realizarse un chequeo ginecológico anual, los hombres de más de 40 años también deben controlar el funcionamiento de sus sistema reproductor, ya que a partir de ese edad la próstata puede sufrir alteraciones.

La Sociedad Americana de Urología recomienda un examen prostático anual y un análisis sanguíneo llamado Antígeno Prostático Específico (APE) para todos los hombres mayores de 50 años. Para aquellos pacientes con alto riesgo de cáncer prostático, el control se debe iniciar a los 40 años.

La medicina preventiva, un diagnóstico a tiempo, puede evitar problemas futuros, como el temido cáncer de próstata. Por eso, a continuación, le contamos todo sobre cómo funciona esta glándula, cuáles son los síntomas a los que hay que prestarle atención, en qué consiste el chequeo médico y cuáles son los pacientes de alto riesgo.


Qué es la próstata

La próstata es una glándula del sistema reproductor masculino, localizada delante del recto y debajo de la vejiga. Es del tamaño de una nuez y rodea la uretra. Esta última es un tubo que lleva la orina desde la vejiga al exterior.

Su función principal es producir líquido para el semen, el cual transporta los espermatozoides. Durante el orgasmo se presentan contracciones musculares que exprimen el líquido de la glándula dentro de la uretra y luego al exterior.
La próstata aumenta de tamaño gradualmente, a lo largo de la vida de un hombre especialmente a partir de los 40 años, pero a partir de los 60 años este crecimiento se acentúa. De hecho, se sabe que más de la mitad de los hombres mayores de 60 años tiene próstata aumentada de tamaño.
El aumento de tamaño de la próstata afecta primero la parte interior de la glándula, por lo tanto oprime gradualmente la uretra. Debido a lo anterior, se presenta la dificultad para orinar y algunos otros problemas urinarios.
Generalmente este crecimiento de la próstata no es de características malignas y se llama hipertrofia prostática benigna (HPB)


.

Síntomas
La hipertrofia prostática benigna no tiene síntomas importantes. Cuando el crecimiento de la glándula interfiere con el flujo urinario, pueden aparecer algunos síntomas como:

- chorro urinario débil o intermitente
- sensación de incompleto evacuado vesical
- dificultada para iniciar la orinada
- orinar frecuentemente
- urgencia o dificultad para aguantar la orinada
- orinar frecuentemente durante la noche
- dolor al mantener relaciones sexuales

Estos síntomas son causados por la próstata aumentada de tamaño. Esta
glándula gradualmente se hace más fuerte, gruesa y sensitiva, motivo por el cual causa sensación de orinar frecuentemente.

En algunos casos, el crecimiento prostático progresa hasta que la vejiga no puede vencer la obstrucción y no se desocupa completamente. Si se presenta infección urinaria, puede haber ardor y dolor durante la orinada. En algunos hombres, la obstrucción prostática puede llevar a infecciones repetidas del tracto urinario, imposibilidad repentina para orinar ( retención urinaria aguda) y progresivo daño renal.

En qué consiste el chequeo

Primero el urólogo hará preguntas sobre la historia médica y síntomas relacionadas con la forma de evacuar la orina. Luego viene el examen físico.

Debido a que la próstata se encuentra junto al recto el urólogo puede sentirla haciendo tacto rectal. Gracias al examen rectal el urólogo puede detectar si la próstata está aumentada de tamaño, es irregular o tiene zonas duras. El tacto rectal puede producir discreta y momentánea molestia, pero no causa lesión o dolor significativo.
El urólogo debe correlacionar el tamaño de la glándula con la sintomatología del paciente, debido a que muchos hombres con próstata grande, al tacto rectal pueden no tener molestia urinaria.
Al realizar el examen rectal de la próstata no solo puede detectar hipertrofia benigna, sino también cáncer prostático.


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