Los niños y
adolescentes que fuman con regularidad suelen tener más problemas de salud que
los niños que no lo hacen, tales como:
·
Episodios de tos
·
Falta de aliento, incluso
cuando no se está haciendo ejercicio
·
Respiración sibilante o
jadeante
·
Dolores de cabeza más
frecuentes
·
Aumento en la producción de
flema (mucosidad)
·
Enfermedades respiratorias de
mayor gravedad y que ocurren con más frecuencia
·
Síntomas de resfriado y gripe
más fuertes
·
Deterioro de la condición
física
·
Deficiencia de la función y del
crecimiento pulmonar, que aumenta el riesgo de COPD
El consumo
de tabaco está relacionado con otras conductas perjudiciales en los
adolescentes
La
investigación ha mostrado que los adolescentes que consumen tabaco son más
propensos a consumir alcohol y drogas ilegales que los que no consumen tabaco.
Los fumadores son más propensos también a estar involucrados en peleas, portar
armas, tener intentos de suicidio, padecer de problemas de tipo emocional como
la depresión, y a tener conductas sexuales de alto riesgo. Esto no significa
necesariamente que el consumo de tabaco causó estos comportamientos, pero son
más comunes en los adolescentes que usan tabaco.
Los efectos
del tabaco durante el embarazo o la lactancia
¿Cómo afecta
el tabaco la salud de su bebé por nacer?
Las mujeres
embarazadas que fuman ponen en peligro la salud y la vida de sus bebés que
están por nacer. La nicotina, el monóxido de carbono y otras toxinas en el humo
del tabaco entran al torrente sanguíneo de la madre, pasan al cuerpo del bebé y
esto puede impedir que reciba los nutrientes vitales y el oxígeno que necesita
para crecer y desarrollarse. Casi cada órgano en desarrollo es afectado por los
productos químicos que hay en el humo del tabaco. Esto aumenta el riesgo de:
·
Aborto
espontáneo
·
Parto
prematuro
·
Partos de
bebés fallecidos
·
Muerte
infantil
·
Bajo peso al
nacer
·
Una
circunferencia de la cabeza inferior
·
Riesgo ligeramente
mayor de defectos cardíacos, labio o paladar leporino y posiblemente otros
defectos de nacimiento
·
Problemas de
audición
·
Síndrome de
muerte súbita del lactante (SIDS, por sus siglas en inglés). La investigación
sugiere que los bebés de madres que fuman durante y después del embarazo tienen
una probabilidad mucho mayor de morir del síndrome de muerte súbita (SIDS) en
comparación con bebés nacidos de madres que no fuman.
Algunas
investigaciones han sugerido que los niños cuyas madres fumaron durante el
embarazo o quienes estuvieron expuestas al humo de segunda mano, incluso en
pequeñas cantidades, pueden presentar un mayor riesgo de:
·
Problemas de conducta,
incluyendo ADHD (trastorno de déficit de atención con hiperactividad)
·
Un aprendizaje más lento en la
escuela
·
Ser más propensos a tener
presión arterial alta, asma, infecciones del oído, amigdalitis, caries,
deterioro de la función pulmonar
·
Estar con sobrepeso u obesos en
comparación con los hijos de no fumadores
·
Estar más propensos a fumar
cuando sean mayores
Dejar de
fumar durante el embarazo puede ser beneficioso
Las mujeres
que dejan de fumar durante el embarazo tienen menos probabilidades de que sus
bebés nazcan con bajo peso en comparación con aquellas que siguen fumando.
También tienen menos probabilidades de tener bebés que nacen demasiado
temprano.
Las mujeres
que dejan de fumar antes de quedar embarazadas reducen el riesgo de tener un
bebé de bajo peso al mismo nivel de las mujeres que nunca han fumado.
Si usted
deja de fumar durante el embarazo, no vuelva a fumar de nuevo después del
nacimiento de su bebé. Cuando sienta la tentación de comenzar a fumar, busque
ayuda inmediatamente. Además, recuerde que los padres que fuman tienen una
mayor probabilidad de tener hijos que fuman. Por lo tanto, si usted se
mantiene libre de tabaco, habrá una mejor probabilidad de que su hijo nunca
comience a fumar.
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Fumar
durante la lactancia
La lactancia
materna es la mejor manera de alimentar a un bebé recién nacido. Pero las
madres que fuman exponen a los bebés a la nicotina y a otras sustancias a
través de la leche materna. La nicotina puede causar síntomas indeseables en el
bebé, tales como intranquilidad, palpitaciones más aceleradas, y periodos más
cortos al dormir. Fumar mientras lacta a su bebé también se ha relacionado con:
·
Más dificultades para amamantar
·
Menor duración de la lactancia
materna
·
Cólico
·
SIDS
Lo mejor es
no fumar durante el periodo de lactancia. Pero incluso si usted fuma, la
lactancia materna es probablemente todavía más saludable para un bebé que la
alimentación con biberón. Si usted no puede dejar de fumar inmediatamente,
puede hacer otras cosas para ayudar a reducir la exposición de su bebé al humo,
tales como:
·
Convertir todo su hogar en
libre de humo para mantener a su bebé lejos del humo de segunda mano
·
Fumar justo después de
amamantar al bebé en lugar de antes para así darle más tiempo al cuerpo para
eliminar la nicotina de la leche materna
·
Reduzca los cigarrillos que
fuma tanto como sea posible
Cómo
mantener a sus hijos alejados del tabaco
Evite que
sus hijos comiencen a consumir tabaco
Puede que
los padres que están al pendiente de sus hijos tengan un impacto incluso mayor
de lo que los mismos padres piensan sobre la decisión de que sus hijos
comiencen o no a fumar. Los estudios han mostrado que los adolescentes cuyos
padres a menudo les hablaron sobre los peligros del fumar fueron mucho menos
propensos a fumar que aquellos que no tuvieron estos diálogos con sus padres.
Este hecho fue válido independientemente de si los padres eran o no fumadores.
A
continuación presentamos algunos consejos de los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU. para ayudar a los padres a
mantener a sus niños libres de tabaco:
·
Recuerde que a pesar del
impacto de las películas, la música y los amigos, los padres pueden ser la mayor
influencia en la vida de sus hijos.
·
Hable con sus hijos sobre los
riesgos del uso del tabaco. Si sus seres queridos padecen o murieron de
enfermedades relacionadas con el tabaquismo, informe a sus hijos sobre esto.
Explíqueles que el tabaco hace que el corazón se esfuerce más, causa daños a
los pulmones, así como muchos otros problemas de salud, incluyendo cáncer.
También mencione cómo el tabaco afecta la apariencia de una persona y el mal
olor que provoca: el fumar hace que el cabello y la ropa apeste, causa mal
aliento y mancha los dientes y las uñas. El tabaco masticable para escupir y
otros productos de tabaco sin humo causan mal aliento, formación de caries,
pérdida de dientes, manchan la dentadura y afectan el hueso de la mandíbula.
·
Comience a hablar con sus hijos
sobre el tabaquismo cuando tengan de cinco a seis años de edad y continúe
hablándoles hasta que lleguen a la preparatoria. Muchos niños comienzan a
experimentar con el tabaco a los 11 años, y a los 14 años ya muchos son
adictos.
·
Investigue si los amigos de sus
hijos consumen tabaco. Hablen sobre las formas de decir “no” al tabaco.
·
Hable con sus hijos sobre la
falsa impresión que se presenta del tabaco en los medios de comunicación, como
los anuncios impresos, las películas y las revistas.
Los niños de
padres que fuman tienen mucha más probabilidad de convertirse en fumadores. No
obstante, incluso si consume tabaco, usted aún puede influir en las decisiones
de sus hijos. Puede ser que tenga incluso un mayor poder, debido a que usted ha
pasado por esto. El mejor paso, por supuesto, es dejar el hábito. Mientras
tanto, no consuma tabaco en la presencia de sus hijos, no les ofrezca tabaco y
no lo deje al alcance de ellos. Usted puede hablarle a sus hijos sobre:
·
Cómo usted comenzó a consumir
tabaco y de lo que pensaba sobre el tabaco en ese momento.
·
Cuán difícil es dejar el
hábito.
·
Cómo ha afectado su salud.
·
Lo que le ha costado tanto
financiera como socialmente.
Si puede, no
permita que se fume en su casa. No fume en lugares cerrados y no permita que
nadie más lo haga. Si tiene un auto, tampoco permita que se fume en él.
Cómo ayudar
a su hijo a abandonar el hábito
Si su hijo
ya comenzó a consumir tabaco, le presentamos estas sugerencias para ayudarles a
dejar el hábito:
·
Procure evitar el uso de
amenazas o imponer algún ultimátum. Investigue la razón por la cual su hijo
fuma o consume otros productos del tabaco. ¿Está él o ella tratando de llamar
su atención o está tratando de ser aceptado por un grupo de amigos?
·
Muestre interés. Haga algunas
preguntas. Averigüe qué cambios pueden hacerse en su vida para que su hijo(a)
deje de usar tabaco.
·
Si usa tabaco, trate de
dejarlo. Si usted fumaba o usaba otras formas de tabaco y ya dejó el hábito,
háblele a su hijo sobre cómo usted se sintió. Personalice los pequeños
problemas sobre el uso de tabaco y el gran reto de dejar el hábito. Los
adolescentes y pre-adolescentes a menudo creen que pueden dejar el hábito
cuando ellos quieran. Sin embargo, las investigaciones demuestran que la
mayoría de los adolescentes nunca dejan de fumar. Procure que estos datos sean
comunicados en una manera que no sea amenazante.
·
Apoye a sus hijos si están
tratando de dejar de fumar. Tanto usted como su hijo podrían necesitar prepararse
para los cambios en el estado de ánimo que pueden venir con la abstinencia a la
nicotina. He aquí algunos consejos para que su hijo sobrelleve los momentos
difíciles:
Posponga: las ganas se
desvanecerán con el tiempo.
Respire profundamente: inhale aire
fresco profunda y calmadamente varias veces.
Tome agua: esto
eliminará los químicos.
Haga algo distinto: busque un
nuevo hábito sano, algún pasatiempo.
Exprésese: hable sobre
sus pensamientos y emociones.
·
Ayude a su hijo a hacer una
lista de las razones por las cuales quiere dejar de fumar. Repase la lista
cuando su hijo esté tentado a consumir tabaco.
·
Finalmente, recompense a su
hijo cuando él o ella deje el hábito. Planee algo especial para celebrar
juntos.
Ayudar a su
hijo a dejar el hábito es una de las mejores actividades que como padre usted
podría hacer, y si usted usa tabaco, el próximo mejor paso sería dejar el
hábito.
Más razones
para mantener a sus hijos alejados del tabaco
La
investigación ha mostrado que los chicos que consumen tabaco son mucho más
propensos a consumir alcohol y drogas ilegales que los que no consumen tabaco.
Los fumadores son más propensos también a estar involucrados en peleas, portar
armas, tener intentos de suicidio, padecer problemas de tipo emocional como la
depresión, y a tener conductas sexuales de alto riesgo.
Esto no
significa necesariamente que el consumo de tabaco causa estos comportamientos,
sino que son más comunes en los adolescentes que usan tabaco. Otros factores
también influyen. Por ejemplo, los adolescentes que fuman y se involucran en
otros comportamientos perjudiciales son menos propensos a tener apoyo de padres
que participaban en sus vidas cotidianas.
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